Los diez mandamientos
El Éxodo 19, después de transcurrir tres mes desde que salieron de Egipto, Dios confirió los Diez Mandamientos directamente a Moisés en el monte Sinaí.
Según la tradición bíblica, Moisés subió a dicho monte a recibir las Tablas de la Ley. Estuvo en el monte Sinaí durante cuarenta días. Recibió de Dios, ya sea de hecho o por inspiración divina, dos tablas escritas con su dedos. En las tablas se indicaban los 10 mandamientos, leyes básicas de cumplimiento obligatorio para el pueblo hebreo.
Los 10 mandamientos son los siguientes:
Primer Mandamiento
Amarás a Dios sobre todas las cosas.
Este mandamiento quiere decir que Dios deberá ser tu prioridad a la hora de amar en vida algo, estableciendo así la unión entre las personas y Dios.
Segundo Mandamiento
No tomará el nombre del Señor tu Dios en vano.
Esto quiere decir que jamás debes mencionar el nombre de Dios, si no vas a cumplir con aquello que estas diciendo. Esto hace referencia al hecho de jurar o prometer por Dios, por ejemplo.
Tercero
Santificarás las fiestas.
Este mandamiento adopta como significado que las fiestas cristianas deben de celebrarse y cumplirse, como por ejemplo, la Eucaristía, o los domingos ir a misa.
Cuarto
Honrarás a tu padre y a tu madre.
El mismo explica su cometido. Señala el respeto primordial que debes de tener hacia tus padres.
Quinto
No matarás.
Sexto
No cometerás actos impuros.
Este mandamiento señala que jamás realizarás el acto sexual por puro placer. Solamente se permite para la reproducción.
Séptimo
No robarás.
Octavo
No darás falso testimonio ni mentirás.
Decir mentiras es un pecado en la religión católica, y la ocultación previa de la realidad de la misma forma.
Noveno
No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
De la mima forma que no cometerás relaciones sexuales, no darás tu consentimiento para ello, ni tendrás pensamientos o deseos hacia ello.
Décimo
No codiciarás los bienes ajenos.
Esto quiere decir que jamás querrás poseer lo que otro tiene, ni intentarás arrebatárselo.
Los 10 Mandamientos de Dios se basan en el Antiguo y Nuevo Testamento. En el caso del Nuevo, Jesús reconoció la validez y también instruyó a sus discípulos para perfeccionarlos. De esta forma, demandaba una justicia superior a la que tenían los fariseos o escribas.
Buen tema e información
ResponderEliminarTu tema esta muy bien explicado.
ResponderEliminarMuy bien redactado el tema bien hecho.
ResponderEliminarUn tema muy bueno, me gusto
ResponderEliminarBuen tema
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